La especialización gastronómica está siendo premiada no solamente por las guías culinarias más prestigiosas, sino también por los amantes de la buena comida. Los restaurantes especializados están en auge. Gozan de una buena acogida por la reducción de sus cartas y el aumento en la calidad de sus productos. Así se explica el triunfo de estos negocios del sector hostelero.

Las ventajas de la especialización

Cuando un restaurante se centra en un producto estrella solo tiene que preocuparse por el desarrollo en la calidad dentro de su especialización. Las cartas se reducen y los comensales no tienen que perderse en un sin fin de platos.

Los chefs que trabajan en restaurantes especializados gozan de los conocimientos necesarios para sacarle el mejor partido al producto elegido. Esto implica la creación de propuestas gastronómicas realmente interesantes muy aplaudidas por los comensales.

¿Con qué otra ventaja cuenta un local cuando opta por la especialización? Pues saber que la mayoría de los clientes que se acerquen a él lo harán con la seguridad de que el ingrediente principal con el que se elaboran los platos será de su absoluto agrado.

Los restaurantes especializados y la reducción de costes

Cuando un negocio hostelero decide especializarse en un producto está reduciendo costes en materia prima, personal y equipamiento. Todo se simplifica mucho más. ¿El motivo? Que los objetivos solo se han de orientar hacia un solo producto, y no hacia varios.

La mayoría de los restaurantes caen en el error de crear amplias cartas gastronómicas para la que muchos no están preparados. Esto implica reducir la calidad de los servicios. Además, se corre el riesgo de dar una imagen no deseada de cara al público. En el mundo de los negocios vale más una buena especialización que el conocimiento insuficiente.

Por otro lado, los restaurantes especializados consiguen situarse como referentes dentro de su categoría, ocupando así un lugar muy importante dentro de su nicho de mercado.

La moda de los establecimientos monoproducto

Hacer del marisco, las carnes o las verduras todo unos productos estrella implica centrar toda la oferta gastronómica en torno a ellos. La carta se simplifica, pero se especializa mucho más. Donde antes había una amplia gama de platos variados, ahora existe una selección de recetas gastronómicas diferentes orientadas a un solo producto.

Ha quedado demostrado que el grado de satisfacción de los comensales es mucho superior en este tipo de restaurantes especializados. Eso no ocurre en aquellos en los que su oferta es mucho más desperdigada y desordenada.

La especialización conlleva a la excelencia en el trabajo y esto también sucede entre fogones. Un restaurante especializado siempre ha de procurar experimentar nuevos maridajes y recetas alrededor de su producto estrella. De esta manera, los clientes siempre podrán probar nuevas versiones de su ingrediente favorito.

En definitiva, se trata de marcar la diferencia. De establecer una ventaja competitiva por medio de la especialización en torno a la innovación. En este caso, la evolución ha tenido lugar hacia un determinado tipo de especialidad y no hacia la ampliación de cartas gastronómicas interminables. De nuevo, menos es más.