Con el comienzo del curso arranca también la nueva temporada para los restaurantes. Con ella surgen nuevos desafíos en restauración. Estos surgen tanto de los cambios en las preferencias de los clientes como del clima que rodea al sector. Par esta temporada, hay tres que van a marcar claramente las actuaciones a tomar por muchos restaurantes.

Sobre todo, marcadas por la reducción del gasto de los comensales en los restaurantes, la frecuencia menguante con que los clientes comen fuera de casa, y el cambio en sus gustos y preferencias a la hora de comer. A continuación desgranamos cuáles son estos tres desafíos y qué es lo que se puede hacer para abordarlos.

Desafíos en restauración: ante un descenso de ventas

En general, los desafíos en restauración que marcarán la nueva temporada son los siguientes: Reducción de costes, paso de cocciones y elaboraciones lentas a otras más rápidas, y la pérdida de peso de la cocina local tradicional frente a la internacional.

El primer desafío viene motivado tanto por la subida de los precios de las materias primas como por la reducción de las ventas en los establecimientos. Por tanto, cuesta más alcanzar el nivel de rentabilidad. Para lograrlo, lo más recomendable es poner en marcha un programa de ahorro de costes. Entre ellas, una planificación cuidadosa de las compras o la actualización de escandallos que se hayan quedado obsoletos. También es conveniente revisar los precios de los productos y, en la medida de lo posible, los contratos que se tengan con los proveedores.

Desafíos relacionados con cambios en las preferencias de los comensales

El segundo desafío viene motivado por los cambios en las preferencias de los comensales. En lugar de cocciones y platos muy elaborados como en temporadas pasadas, para esta temporada se prevé que aumente la demanda de platos de elaboración sencilla. Para poder satisfacerlas, además de cambiar los sistemas de elaboración, también hay que dar una mayor importancia al producto. Esta tendencia va unida a una cada vez mayor preocupación por la comida sana. Esto está fomentando técnicas como la brasa, que cada vez cuenta con más establecimientos que utilizan esta técnica como principal atractivo de su cocina.

Por último, el tercer desafío viene marcado por el cambio de prioridades a la hora de optar por cocina local o internacional. Cada vez aparecen más establecimientos de restauración de cocina internacional. Sobre todo con propuestas de cocina rápida, frente a los locales de tapas y pinchos tradicionales. Por lo tanto, los restaurantes de cocina local y nacional tienen en esta tendencia un importante desafío.

Las soluciones a él pueden ser múltiples y muy variadas. Pero todas pasan por poner en valor la cocina y el producto locales y de proximidad. También por encontrar sistemas y propuestas que consigan atraer la atención del público. Así, se podrá llevarlo de nuevo a locales con un estilo de cocina más cercana, aunque con propuestas modernizadas. Los establecimientos que den con la clave se quedarán con el premio: atraer una clientela que prefiere la cocina con raíces más cercanas y que ya está algo saturado de locales de cocina más exótica y desconocida.