Empecé en la hostelería con 16 años por vocación, con el paso del tiempo me enamoré de la profesión. Me considero una persona dotada de unas aptitudes que encajan a la perfección con la filosofía de servicio. Perfeccionista, disciplinado y rigurosos, pongo especial atención y cuidado de los pequeños detalles. Mi norma y a la que soy fiel es que, la experiencia global del cliente tiene que ser pautada y acompañada desde el primer hasta el último paso hacia la satisfacción.