Se acerca una gran ola en los próximos años en la que la robótica impactará plenamente en el sector Horeca. La automatización está afectando a la industria alimentaria hasta tal punto que grandes empresas de capital riesgo e inversión ya están invirtiendo dinero en compañías que desarrollan tecnologías para que los alimentos y bebidas se procesen, preparen, cocinen y entreguen de forma más rápida y económica.

Hasta ahora hemos asistido al auge de las máquinas de auto venta que vendían productos envasados. El paso siguiente estaba por llegar: la aplicación de la robótica en el sector de la restauración. Actualmente hay más de 500 restaurantes en el mundo que ya aplican esta tecnología. En Estados Unidos, por ejemplo, existen restaurantes que no precisan de personal, ni siquiera de camareros o cocineros. Son propuestas de restaurantes en los que se pueden elegir, por ejemplo, ensaladas a la carta desde la pantalla de una máquina. Entonces, el robot prepara la ensalada en el interior y ya está lista para comer.

Ahora bien, es difícil que los robots, al menos de momento, puedan llegar a reproducir el trabajo de un chef, ya que por ahora se limitan a preparar una simple ensalada o alimentos fríos que no requieren una gran elaboración. Por tanto, el tan temido momento en el que los robots sustituyan las profesiones actuales puede que no acabe de llegar. Y es que el valor de la robótica está en los denominados robots colaborativos, máquinas que trabajen conjuntamente con los chefs para ganar productividad y velocidad.

En este sentido, algunas de las ventajas de la robótica en restauración son: mejorar la atención por parte del personal al dejar las tareas automatizables en manos de los robots; reducir el tiempo de espera gracias a la automatización de procesos; y paliar la dificultad para encontrar trabajadores en un sector con alta rotación y con un elevado nivel de vacantes. En un momento, además, en el que el mundo de la hostelería demanda reducir las largas jornadas laborales, los robots se presentan como posibles aliados.

Sin embargo, en los restaurantes no es el único ámbito en el que un robot puede llegar a desarrollar su labor. Aunque todavía no existen los robots camareros, en países como Japón, Estados Unidos o los Emiratos Árabes ya vemos hoteles en los que los robots realizan funciones de recepcionista, botones o incluso de coctelero.

En el último año, las inversiones en robótica aplicada al sector de la restauración alcanzaron los 796 millones de euros. La consultora McKinsley prevé que el mercado de la robótica aplicada a servicios crecerá entre un 20 y un 25% entre 2018 y 2020, con unas ventas totales para el periodo de 27 millones. Un mercado en expansión y con muchas soluciones que se presentarán en HIP en el Foodservice Robotics Pioneers.