Durante este casi año de pandemia, el sector geriátrico ha estado y sigue estando en el ojo del huracán. Se hablado, entre otras muchas cosas, de la necesidad de un nuevo modelo de atención, de incrementar los requerimientos y controles a los gestores, especialmente los privados mercantiles, de la necesidad de dignificar las condiciones laborales del personal que trabaja en los centros y también de sanitarizar las residencias. Es momento de que el sector hable de cómo afrontar estos retos.