Muy, muy emocionados porque queda muy poco para conocer in situ las novedades de este HIP 2018 con el que todos vamos a crecer y ganar. Estamos más que seguros de que estas tres palabras con las que abrimos el post de febrero van a ser clave en este congreso. Su segunda edición nos acercará a los factores clave para alcanzar el éxito en los sectores que, de uno u otro modo, centran la actividad de los que colaboramos en este congreso como Social Media Partner. Y entre esos factores de éxito no puede faltar una estrategia que sirviéndose igualmente de la tecnología y a través de los medios digitales nos conecten con nuestro público más allá del consumo.

Volcados en la innovación y la transformación digital estamos ayudando a pequeñas y medianas empresas a reorientar la imagen y presencia digital de sus negocios sin descuidar los canales convencionales que en determinadas ocasiones continúan siendo efectivos. La tecnología está revolucionando el sector de la restauración hasta tal punto que los servicios centrados en mejorar la experiencia del cliente no es que sean el futuro es que son ya de carácter obligado. Si esto es así en el sector horeca y hospitality, no digamos en el ámbito de la comunicación. Más rápida, más ágil, más versátil y directa que nunca, serían buenos argumentos con los que defender un fenómeno que nos ha acercado como nunca a clientes y públicos. Y, hoy más que nunca, comunicación y restauración van de la mano.

Con todo, y sin perder el optimismo, tenemos que dejar claro que la tecnología es una herramienta. Nada más y, ojo, nada menos. Y como tal hay que entenderla y emplearla. Una herramienta capaz de ahorrarnos tiempo y dinero, esfuerzo o dedicación, y lo más importante, capaz de darnos a conocer, de acercarnos al cliente y cerrar así el círculo al que aspiran aquellos a los que les gusta el trabajo bien hecho. Pero para alcanzar este objetivo es imprescindible tener objetivos y contar con una buena planificación.

A la hora de lanzar nuestro negocio de restauración invertimos en instalación, mobiliario, música, iluminación, personal cualificado, en fin, en todo aquello que hará del local un lugar especial, memorable; inauguramos, hacemos la megaconvocatoria, invitamos a profesionales y medios de comunicación, y en el mejor de los casos nos estrenamos con una web impresionante y “estática”, y nos olvidamos de la comunicación hasta la carta que viene. Pero la comunicación, como cualquier otro ámbito con el que aspiramos a sobresalir, no se improvisa, se trabaja; lejos de ser una acción estanca, exige perseverancia. Imágenes, mensajes y todo tipo de experiencias corren por la red y tenemos que estar preparados para que esa reacción, positiva o negativa, no nos pille por sorpresa. Al igual que otros mercados tenemos que dinamizar nuestros canales de comunicación con contenidos interesantes y ser constantes.

Creo que no existen fórmulas mágicas, ni en restauración ni en comunicación, y tengo más que constatado que lo que funciona en unos negocios no funciona en otros. Así de obvio, así de simple y así de contrastado. Pero también creo que si somos capaces de captar la atención del cliente, emocionarle y convertir su experiencia en un recuerdo imborrable sin duda estamos en el camino correcto para ganar y seguir creciendo.