España es uno de los mercados hoteleros más importantes de Europa, un destino consolidado con un mix muy positivo entre la oferta urbana y la vacacional, con un amplio recorrido en ambas categorías, y que atraviesa un buen ciclo lleno de retos: el segmento del lujo sigue atrayendo a grandes marcas internacionales, la hotelería económica está transformándose con la entrada de nuevos actores atraídos por la rentabilidad de estos productos y nuevos modelos de negocio difuminan la frontera entre el concepto de alojamiento hotelero y el de alojamiento turístico extrahotelero. La generación de experiencias, la tecnología y la sostenibilidad ambiental, tanto en la construcción como en las operaciones, se están convirtiendo en requisitos fundamentales tanto para los inversores como para los consumidores. Llegan tiempos de vértigo en los que la adaptabilidad será fundamental para el éxito de los nuevos negocios y la superviviencia de los más tradicionales.