En Coca-Cola somos conscientes de que la emergencia climática exige una respuesta decidida por parte de todos. Por eso, desde el año 2010, tenemos en marcha un ambicioso programa de descarbonización (proceso con el que reduciremos las emisiones de carbono) en todas las actividades de nuestra cadena de valor: desde nuestras operaciones directas, que incluyen producción, transporte y equipos de frío, hasta el resto de las actividades de nuestra cadena valor, como ingredientes y envases. Precisamente los envases son uno de los elementos de la cadena de valor que más contribuye a nuestra huella de carbono. Por ello, uno de nuestros mayores retos está en la gestión sostenible de nuestros envases. Esta gestión, basada en la economía circular, se desarrolla en 4 fases: ecoinnovación, transformación, utilización y recuperación.